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Jugos Carmen, Las ruedas del Jardín y Que eres tú

Margarita García Alonso Jugos Carmen   Demoré encontrándole símil a la figura la de los jugos: es una morza: el cráneo como un monte redondo o el fin de una ojiva nuclear; el cuerpo amarrado por el guardapolvo; y las piernas de grulla. La conocí una vez que me invitaron: según doña Carmen (!) cualquier jugo se toma con agua o con leche: pedí mora en agua. El resto de idas tomamos tinto: lo hace mejor, o en ese concepto lo tiene mi abuela, que las panaderías: incluso la muchachona de variedades Encanto, que ahora veo lo tiene desde dos mil veinte, pecosita y mona y con diseño de sonrisa en resina de alta estética y pequeña, va de su negocio, donde mi prima le compra aretes, bolsos manos libres, anchetas y perfumes con brillo, que lo deja a cargo de la que contrate para ese día o de su esposo, y camina soplando los ovillos de fibra de la Ceiba petandra , ángeles maniobrados por los flujos, metidos por el travesaño inferior de las puertas, respirados y barridos o cogidos en el aire y ...

Factores

Color aditivo , Carlos Cruz-Diez, 2002 « "Factores", de Alejandro Zapata, es un relato introspectivo que aborda temas como la reflexión personal, la memoria, la cotidianidad y la relación con el tiempo. A través de una serie de fragmentos que van desde reflexiones filosóficas hasta anécdotas cotidianas, el narrador explora su conexión con el entorno y las personas que lo rodean. Se entrelazan momentos íntimos, como las preocupaciones por su mascota Sasha y la relación con su hija L., con reflexiones más amplias sobre la naturaleza del tiempo, la memoria y la eternidad. El relato invita al lector a cuestionar la forma en que vivimos y cómo nuestras acciones y decisiones pueden dejar una marca duradera en el mundo » : Códex Sulpurista , abril 16 de 2024. ¿Supo a lodazal la rana? ¿Aúllas su leche en tus intestinos? Esa hinchazón de publicidad, y ese clamar de infortunado, ¿es una venganza? ¿O te convirtieron los gusanos en su hostal? Perro, ¿da mico la inaguantable súplica a los...

Tan humilde vengas a mí

Interior de la revista El Santo Oficio juzgó un « caso de hechicería » en Puebla de los Ángeles, 1652. La profesora Celene García lo analizó en un artículo cuyos puntos de enlace con tres casos de hechicería voy a resaltar. La mujer, esposa de un calero, acusada, junto a una mulata, de « prácticas de hechicería con el propósito de que un amante de Margarita regresara con ella, ya que se había ido de su lado para juntarse con otra mujer cuyo nombre era Elena Gil » . No vela el propósito, acaecido por la peculiaridad de las uniones que van de México a Colombia, del XVII al XX y XXI, por lo probado de los hechos sino por el relato y la práctica continental, pues, eso sí, y dado que no me centro en el vudú, aunque influya de una manera que desconozco, han de rastrearse magias parecidas en otros países.   En el nombre del Señor de la Calle La mulata, « libre de cincuenta años » , le enseñó a Juana de Sosa una « suerte » para atraer: al verlo, tener en la mano un tuchimote colorado y d...

Amarré

Margarita García Alonso Corrí no tanto porque era de noche cuanto porque los míos ya se iban a acostar. Me agaché en el patio, abrí la puerta medio alzándola, cogí hacia la cocina, asomé la cabeza y la sostuve hasta que asusté a R... que leía un papelito de cuaderno, doblado y desdoblado, casi sobándose los ojos, apagándolos, a la luz del bombillo — los trastes, los paquetes de hierbabuena y una bolsa con más ingredientes sin arreglar... — ¿Qué es eso? Ella sonreía como niña pillada, como si la pregunta ya estuviera respuesta: guardó el papelito en sus senos y amarró la bolsa con un nudo y la metió en las cortinas hechas cajones. No logré detenerme en grafismos pero supe que guardaba algo a utilizar contra su hija, enamorada por ese entonces de un confitero que vende, con su madre al otro extremo, a la salida de un centro comercial. La hija surtía a novio y a suegra con los limones cogidos y vendidos en fruver. Con ese papel, esos versos, y la cocción de las matas recomendadas, daría e...

Compinches

IA de Canva «Un paquete de arepas, una libra de frijoles, una sal...», se repite Julito el mandado. «Un paquete de arepas... los frijoles... ¡y un cartón para Azul!» Azul es el periquito que le compraron sus papás por sacar buenas notas. Esta es la primera salida con él: lo lleva sobre el hombro, como si repitiéndole el pedido el perico le recordase en orden el mandado. La jaula se la heredaron unos vecinos a Azul: donde le pusieron el nido, el gotero, la bola de calcio y donde piensa agregarle a Azula, vivieron otros periquitos. «...sal, arepas, el cartón... ¡Azul, vamos a pasar la calle, sosténgase duro, agárrese de mi carne si quiere!» Hay fila... Julito le murmura a Azul lo que deben pedir. Y llega una compañera del salón, madurada biche, peliaplanchada, aromosa, a meterse delante de él, tirándole el cabello en la cara y poniéndose las mano en las caderas. «¡Vélan...!» Azul está de espaldas a la compañerita... y se cagó entre el hombro y el pecho feble de Julito... «¡Ay... Azul!», ...

Estimaciones

Detalle de portada. Más allá del límite , Israel Zzepda, 2011 I   Salir a tomarse un tinto en el bar donde nadie lo conoce a uno y poner en práctica el amor con la mesera o con el obrero tomándose los diez mil encontrados de camino a casa: “La amaré agradeciéndole, sonriendo y pidiendo las otras con un llamado suave, cuando ella y yo nos veamos... Y lo amaré a él emborrachándolo”. Pero ese amor no se fundamenta en nada, o no le veo fundamento: es como ir a misa porque hay que ir a misa y evacuar la iglesia porque todos la evacúan; es reclamar un mandado porque mandaron a pedirlo; bautizarse en cuantas religiones lleguen al pueblo. La trascendencia no se dilata y aun así da la sensación de dulce compromiso, de encapricharse por el bien del otro: procurarle el bien: si se le cae la cerveza levantarla y tomarla por mucho líquido que haya perdido y no reclamarle las papas que se le olvidaron. Comprometerse con nada : eso, lo fácil, lo superficial, lo perecedero, es lo que gusta, el fin...

Tardorreligiosa

Generado con IA de Canva La urgencia de salvación de mi abuela, de quitarse lo malo para que entre lo bueno, de liberarse de cuanta maldad hay en el mundo, la llevó a practicar el multitasking en sus veladas adorativas. Su nieta, después de ver videos de gente jugando cosas «miedosas», o metiéndose en cementerios o invocando espíritus con rituales a las tres de la mañana, que solo espantan a mamita, le deja en el televisor, en pausa, un rosario, independiente del orden de los misterios —pues cada día hay contenido de canales o de editores entusiastas. Cuando la abuela se aburre o se le acaban las noticias o la novela, coge el control y ve. —¿Qué está haciendo mita? —¡Rezando! —¿En silencio? —¡Pues no ve el televisor? «Este es el mes de las ánimas; este mes pasan muchas cosas. Si uno va el ocho a visitar las tumbas, se gana un montón de regalos de Dios. Pero a mí me da miedo ir; qué pereza.» Y para que dos recen, prende el celular, busca el rosario activando el micrófono de búsqueda y ...