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En torno al alba

La Laguna Azul, Gonzalo José Bartha, 2018


Conforme avanzo

es más fuerte la lluvia

de madrugada.

 

Un paraguas verde

robado por el viento

es la cometa.

 

El Pedregal, febrero 20 de 2025

 

Alba de marzo.

El blanco orejinegro

en la montaña.

 

El Pedregal, marzo 6 de 2025

 

Viaje de noche.

Papá me tiró el sapo

contra la oreja.

 

En Boyacá

la piel verde aperlada

es fronda móvil.

 

De gris oscuro

por entre las bromelias:

cutín de Intac.

 

El Pedregal, marzo 12 de 2025

 

Templo Zojoji.

Florecen los cerezos.

junto a la estatua.

 

¡Trinan gorriones!

Sobrevive la puerta

al bombardeo.

 

El Pedregal, marzo 16 de 2025

 

El comején

vuela y planea bajo

el alumbrado.

 

Barbosa, marzo 23 de 2025

 

La cidra papa

crece desde el barranco

al lote baldío.

 

En los bolsillos

carga de a una naranja:

que no las vean.

 

El Pedregal, marzo 24 de 2025

 

Vaho del alba.

El bus nada que sube

y ya clarea.

 

Llueve tan duro

que chigotea adentro.

Muevan la cama.

 

Tirita lo último:

en casa alguien prepara

agua caliente.

 

El Pedregal, marzo 27 de 2025


La educación literaria y la literatura misma se convierten en medidas para contraponer a las inteligencias artificiales. El agregado interpretativo, estético y emocional humano lo transforma en una creación. Sin este filtro, ni la Historia ni la cultura (en opinión de Alfonso Reyes y Paulo Freire) tienen valor para la comunidad, para el conjunto de los repartidos en clases.


El Pedregal, marzo 28 de 2025


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Albores Caipell, Lima, Perú: Círculo Académico de Innovación Pedagógica en Educación, Lingüística y Literatura, N.º 7, septiembre de 2025.

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A cat standing on it's hind legs , Louis Wain Eran las ocho en punto: saqué la arepa, el quesito, el huevo, el tomate y la cebolla de la nevera y me puse a hacer el desayuno estirándome a ratos, bostezando como si un diablillo apretara el botón de bostezos recién acababa de cerrar uno, y escuché las voces afuera: los niños de la del tercer piso yendo al colegio. — ¡Mami, mami gas! — ¡Gabriel, córrete, no pises eso! — Y se dirige a la amiga de enfrente — . Mana, ¿es del tuyo? — ¿Del tuyo qué? — Pues esto. — No, qué va ser mío mana. Abrí la puerta y era, para el gusto del ayuno y los dolores musculares, un charquito ya estancado de bilis con dos grumos de hojas; la bilis se detuvo terminando la escala y se estancó a lo largo del borde. Por lo menos los pasitos de los niños ni de la regañona le dieron arabesco de suela; pero el artífice de la sopa, el dueño de esos deshechos gástricos, el gatico, maullaba, queriendo entrar a mi casa, bregando a abrir con su tozuda cabezita...

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