Ir al contenido principal

Invitación al acaso

Carl Raw, 2018


Las fichas que ganarán, jugador, las esconde

el ojo de la propina; hazte el único,

el contencioso cuyo premio sea

la alhaja ilusoria en giratorio pulirse.

Ten la fortuna de arrancar los dados,

posición de trinchete con las manijas,

y alegra la comparsa, llévala,

que en ti perdieron los trucos,

el manoteo a los bajos del permiso.

Nadie, jugador, irá a sacarte del «universo todo»

ni servirás de consejo a las patadas

que en ti sufren el castigo y el desgaste,

la incinerada caricia de los astros, el gemir

de un tono que infló el suspiro, las franjas

del gancho que se intensifican

por cebos de caramelo,

por sales condimentando falsos atados.

Muerde duro y sorbe tu propia onda;

hunde el ojal en la ruleta,

pierde contento de los frugales.

 

El Pedregal, diciembre 27 de 2024


___

Letra Cero, «Casinos y apuestas», Metepec, México: Musas Muerta Consejo Editorial y Punto y Final Ediciones, febrero de 2025

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Colado

A cat standing on it's hind legs , Louis Wain Eran las ocho en punto: saqué la arepa, el quesito, el huevo, el tomate y la cebolla de la nevera y me puse a hacer el desayuno estirándome a ratos, bostezando como si un diablillo apretara el botón de bostezos recién acababa de cerrar uno, y escuché las voces afuera: los niños de la del tercer piso yendo al colegio. — ¡Mami, mami gas! — ¡Gabriel, córrete, no pises eso! — Y se dirige a la amiga de enfrente — . Mana, ¿es del tuyo? — ¿Del tuyo qué? — Pues esto. — No, qué va ser mío mana. Abrí la puerta y era, para el gusto del ayuno y los dolores musculares, un charquito ya estancado de bilis con dos grumos de hojas; la bilis se detuvo terminando la escala y se estancó a lo largo del borde. Por lo menos los pasitos de los niños ni de la regañona le dieron arabesco de suela; pero el artífice de la sopa, el dueño de esos deshechos gástricos, el gatico, maullaba, queriendo entrar a mi casa, bregando a abrir con su tozuda cabezita...

Para que nadie vea

Farmento de la portada de Milagros Sefair El campo está despierto alrededor de ti en el cuadro Najwan Darwish: Elegía de un niño dormido   Sobre los escombros de tu casa, niña, y abrazando un peluche — si es que te enteras que lo abrazas único muelle entre las rocosidades y los edificios maltrechos — estás. Fátima Shbair te fotografió en Beir Hanoun, Gaza, cuando los palestinos reponían sus albergues intervalo de cese al fuego. ¿Es tu hogar, niña, y son esos edificios agujereados y escuálidos los hogares de tus vecinos? Once días de combate para una calma desde la cual divisas como si hubieras aparecido allí la devastación que figuras en tu contra.   Quién sabe si la niña cuando abraza al peluche es al peluche a quien abraza... O quién sabe si es a alguien más: a quien no ha encontrado.   Pero, repito, quién sabe: todavía nos aturden las bombas que, ¡lástima por ellos !, no dieron en el blanco... Y nos aturdirán las ...

«Del Paraíso a la Nakba: 75 años de la resistencia Palestina»

Volante Presentación enmarcada en la iniciativa española "Poesía por Palestina. Versos contra el genocidio" del 20 de enero (enero 21 de 2024).