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Experimento quince

Una mujer alada y vendada, Georg Pencz


La sopa estaba servida. Esta vez permanecimos con las vendas, sin hablar. Así, el ausente puede ser cualquiera y disuaden el rechazo por apegos.

Solo que pasó por mi mente quién era el bebedizo de esta ocasión, de quién era la grasa y la proteína que nada con las yucas.

Comimos, pedimos sal a los supervisores y nos dejaron reposar para la prueba: el que adivine el nombre del preparado tiene derecho a una hora de sol.

 

El Pedregal, marzo 9 de 2025


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Puente de realidades, Morelos, México: Minificción, marzo de 2025

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